jueves, 31 de enero de 2013

31. -Efecto droga.


Tus monstruos no pueden con los míos. Salgo de ahí, un cuarto con luz donde no puedes ver nada, y me meto en tu mundo con la bombilla fundida. Noto la respiración de tus monstruos rozando mis hombros, porque voy desnuda hacia la cocina, y llego allí de en medio de eses bichos. Y no tuve miedo. Encendí la luz, comprobé que era solo cosa de mi imaginación y volví a apagarla tras beber y salir de la cocina. La vuelta fue la misma. Mientras caminaba a oscuras notaba como el aliento de tus monstruos en mi hombro, pero ni así sentí miedo. No sé porqué. Abrí la puerta de mi habitación, con esa luz de cuarto de bebé, esta habitación de torturas y miré para atrás pensando ''Jódete, mis propios monstruos van a hacerme añicos mejor de lo que lo harían los tuyos.'' Llegar y tumbarte, estirarte para todos los lados, que te duela y no sepas muy bien dónde. Esto se vuele un poco estúpido. Me tranquilizo y miro al techo. La lámpara-braga parece moverse, pero creo que soy yo, que cambio todo de sitio, La luz es de varios colores, no soy capaz de enfocar.
Era lo que me faltaba, mediar entre mis propios monstruos, los que van a matarme por dentro.
¿Cuánto tiempo tengo que seguir así?


No hay comentarios:

Publicar un comentario