miércoles, 18 de diciembre de 2013

Mimosa púdica.

Me cuelo en tu realidad con los ojos cerrados, vestida de blanco y con la mirada profundamente anclada a tu subconsciente. No sabes quién soy, pero lo sabrás. Me ves. Me conoces. Me hablas. Sin saber cómo, te robo el sueño poco a poco. Piensas que estoy a otro nivel, y realmente no te equivocas. Cada vez que cierres los ojos, vas a verme. Vas a ver mi piel tibia bajo tus manos ansiosas. Vas a ver mi boca acercándose a tu cuello, y mis manos rodeándote. Vas a ver mi cuerpo desnudo bajo tus sábanas, pero encima de ti, y mis ojos fijados a los tuyos, leyendo tus deseos a través de ellos. Vas a suspirar. Vas a sentir esas acrobacias en el estómago cuando me veas, Vas a pensar en mirarme por la calle y comprender el secreto que guardamos tú y yo. Vas a contar las gotas de mi saliva que van a ir recorriendo tu cuerpo tumbado de arriba a abajo. Vas a engancharte, pero no por mucho tiempo. Sentirás algo intenso y efímero a la vez, que te hará recordarme al poco tiempo como aquella persona que despertó tu libido hasta puntos que no creías capaces. Podrás obtenerme, no soy un tesoro que guardar. Podrás acorralarme contra una pared y desintegrar mi ropa, siempre pensando que la presa eres tú. Pero nunca pensarás en qué es lo que yo siento. Nunca serás consciente de que, en el momento en el que tu piel y la mía estén pegadas por todos los sitios posibles, yo seré débil, y quizá sea yo quien caiga en la trampa en la que creías que tenía preparada. Seré intensa para ti, seré algo bello, seré el cuerpo al que agarrarás con todas tus fuerzas y besarás. Seré tu aire, seré la mirada y la sonrisa que veas cuando abras los ojos después de desfogarte en mis los rincones más escondidos de mi cuerpo. Seré la piel erizada que notarás cuando eleves tus manos desde mis caderas a mi pecho descubierto y lo aprietes contra tu persona. Seré lo que tú más desees. ¿Pero qué serás tú para mi? Serás la mirada pálida sobre mis senos, serás las manos que aprieten mi carne contra ti en un intento fallido completamente de relajar la tensión sexual en el ambiente. Serás quien intente desabrocharme la camisa con simplemente mirar sus botones. Pero nada más. Nunca pensarás en qué o quién soy yo. Me quedaré en tu subconsciente como aquella mujer a la que te entregaste sin pensártelo y que hizo volar tu imaginación. Me quedaré en la bruja que supo conducir tu sangre hacia donde más le interesaba. Seré tu recuerdo sexual más dulce, lo prometo.


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