sábado, 8 de febrero de 2014

Still.

Me duele algo que no es físico. Es una ausencia, un agujero. No sé muy bien dónde está ubicado, no quiero inspeccionarme a eses niveles, más que nada porque no quiero saber qué es lo que guardo ahí. Desde que tengo memoria, voy guardando todos los sucesos que me hacen daño en alguna parte dentro de mi, una parte a la que tengo que acceder desgarrando las paredes, y corriendo el riesgo de que lo que haya dentro se filtre hacia fuera. Pero si consigo mantenerlo todo dentro y guardar el último momento doloroso también antes de dar un par de puntos, las paredes cicatrizan, y mi mente pierde el control, como alguien que suelta una bolsa de basura, y su mano pasa a no tener nada que ver con ella. Exactamente igual. Y como consecuencia de ello, no los recuerdo. Será por eso que vivo en un estado amnésico constante.
Por eso mismo tengo miedo de abrirme en canal por dentro, porque no quiero romper esa bolsa de basura que llevo dentro y dejar salir todo lo que hay dentro. Pero no sé si vale la pena soportar el vacío que llevo dentro de mi sin tan siquiera saber a qué es debido. Cada día que pasa me consume un poco más, va comiéndose mis ganas de vivir, mis ansias de despertar cada mañana, mis razones para existir... Y yo lo acepto. Voy asumiendo que soy un extra en el mundo, que simplemente existo para acabar de darle sentido a la vida de los que están a mi alrededor. Que mi vida carece totalmente de sentido.
Tengo la teoría de que ese vacío es el hueco en la cama de mi alma que dejó mi monstruo particular. Hace tiempo que no despierto llorando por los sueños que me causa, hace tiempo que al estar a oscuras no siento pánico ni ansiedad. Hace tiempo que no tengo miedo a nada, y que no me siento bajo la palabra de nada. Mi Alguien se ha marchado, ya no me abraza por las noches haciéndome sentir desgraciada. Estoy completamente sola con la parte consciente de mi misma.
Muchas veces pensé en este momento. ¿Qué pasaría si no estuviese conmigo? Jamás quise que se fuese. Simplemente quería dejar de sufrir... no de sentir por completo. Puede sonar estúpido y masoquista, pero siento que lo necesito de vuelta. No sé dónde buscarlo, ni cómo llamarlo. ¿Cómo haces regresar el terror de tu vida, la destrucción de tu propia persona? Pero no sé si simplemente se ha ido o si lo he desintegrado.
Mi cuerpo es enorme para un pedazo de alma tan pequeño como es el que me queda. Necesito todo el dolor, la esencia, la parte que me hacía más bella ante el exterior de vuelta.
Bienvenido, síndrome de Estocolmo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario